CEPAVE, CONICET - UNLP

Los vecinos se acercaron al CONICET para conocer más sobre piojos y pediculosis

Investigadores platenses brindaron una charla en la que desterraron algunos mitos sobre la problemática y describieron las formas de prevenirla


Marcela Lareschi durante su exposición. Foto: CONICET.
Marcela Lareschi durante su exposición. Foto: CONICET.
Marcela Lareschi durante su exposición. Foto: CONICET.
Marcela Lareschi durante su exposición. Foto: CONICET.

¿Mi mascota puede contagiarme piojos?, preguntó Marcela Lareschi, investigadora del CONICET en el Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (CEPAVE, CONICET – UNLP). Después de algunos segundos, los vecinos que escuchaban atentos la charla de la científica respondieron que no, al unísono. Fue durante un intercambio de preguntas y respuestas que buscó desterrar algunos mitos instalados en la sociedad con relación a la pediculosis.

“Eso sólo puede ocurrir si nuestra mascota transporta un pelo humano, de lo contrario es imposible porque los animales tienen otro tipo de piojos”, aclaró Lareschi, quien disertó a lo largo de una hora sobre las características de esos pequeños insectos, su ciclo de vida, síntomas y medios de contagio, hábitos saludables y recetas naturales para su control.

“Los piojos son ectoparásitos, o parásitos externos, es decir que están por fuera del cuerpo de su hospedador”, comenzó la investigadora, y agregó que “todo su ciclo de vida, que ronda los 20 días, ocurre en nuestra cabeza: ellos depositan sus liendres o huevos, luego nacen las ninfas que pasan por distintos estados hasta convertirse en adultos. Más tarde, macho y hembra copulan en la cabeza y vuelve a comenzar el proceso”.

Picazón en la nuca y detrás de las orejas, cosquilleo permanente en la cabeza, irritación o alergias motivadas por las picaduras y las lesiones provocadas por el rascado, son los síntomas más comunes de la presencia de piojos. “Ellos tienen estiletes con los que perforan el cuero cabelludo e inyectan un anticoagulante para que la sangre les sirva como alimento. Chupan alrededor de un milímetro por día, y esas toxinas son las que hacen que a nosotros nos pique”.

La profesional remarcó que el contagio se da de persona a persona, o mediante el uso común de toallas, gorros, vinchas, peines, entre otros. En esa línea, aconsejó lavar con agua caliente y planchar periódicamente las ropas de cama, utilizar aspiradoras en autos, acolchados o peluches, donde pueden quedar cabellos con piojos.

Entre los métodos de control destacó la remoción mecánica mediante peines finos metálicos como lo más efectivo. “También se puede lavar el pelo con un poco de vinagre diluido en el champú, lo que permite aflojar la espumalina, que es el cemento con el que la liendre está adherida al cabello, y facilita la eliminación”, subrayó.

Para finalizar, Lareschi puntualizó que, desde su grupo, prefieren “hablar de la pediculosis como una afección cutánea que puede generar complicaciones dermatológicas en el cuero cabelludo y a la que, sólo en casos extremos, se la considera una enfermedad”.

Luego de la disertación, Lareschi, junto a Juliana Sánchez, Sandra González y Gastón Cavallo, integrantes de su equipo, dialogaron con los vecinos y les permitieron observar en microscopios distintas  muestras de piojos que utilizan para sus investigaciones.

La actividad fue la primera del año correspondiente al Ciclo de Charlas Abiertas a la Comunidad del CONICET La Plata, que se caracteriza por acercar a los vecinos de la ciudad distintas temáticas cotidianas en un lenguaje claro y al alcance de todos.