VOCACIONES CIENTÍFICAS

Alumnos de secundaria visitaron un instituto de investigación en ciencias sociales

Es el IdIHCS, perteneciente al CONICET y a la UNLP. Tres científicas les contaron a los chicos cómo se produce conocimiento en el área humanística


Alumnos del colegio La Inmaculada de Ensenada durante su visita al IdIHCS. Fotos: CONICET
Alumnos del colegio La Inmaculada de Ensenada durante su visita al IdIHCS. Fotos: CONICET
Alumnos del colegio La Inmaculada de Ensenada durante su visita al IdIHCS. Fotos: CONICET
Alumnos del colegio La Inmaculada de Ensenada durante su visita al IdIHCS. Fotos: CONICET
Alumnos del colegio La Inmaculada de Ensenada durante su visita al IdIHCS. Fotos: CONICET
Alumnos del colegio La Inmaculada de Ensenada durante su visita al IdIHCS. Fotos: CONICET

A pocos meses de finalizar sus estudios secundarios, alumnos de 6º año del Colegio La Inmaculada de Ensenada visitaron el Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales (IdIHCS, CONICET-UNLP) y escucharon de boca de tres científicas cómo es hacer investigación en las disciplinas que abordan al ser humano como objeto de estudio.

La actividad, que se enmarcó en el Programa de Promoción de Vocaciones Científicas (VocAr) del CONICET, tuvo como protagonista a un grupo de estudiantes de la vecina localidad motivados por la materia Proyecto de Investigación, en la cual aprenden a dar sus primeros pasos en el quehacer científico.

Las encargadas de adentrarlos en el mundo de la investigación en ciencias sociales fueron la directora del IdIHCS, Gloria Chicote, investigadora del CONICET y doctora en Letras, y Eugenia Rausky y Andrea Zingarelli, investigadoras del CONICET y la UNLP, respectivamente.

Además de contarles a los chicos acerca del instituto y las temáticas que se abordan, todas ellas hicieron especial hincapié en que, a diferencia de las ciencias denominadas “duras”, las sociales no reconocen un solo método para alcanzar el conocimiento, sino que varían entre lo cuantitativo y lo cualitativo, según se pretenda analizar estadísticamente un fenómeno, o bien prestar atención a los significados que las personas le asignan.

Doctora en Sociología y dedicada al estudio del trabajo infantil, Rausky explicó que “una vez que se escoge un tema, se lo observa y se le empieza a hacer preguntas para ir conformando un problema de investigación”. Asimismo, subrayó la importancia de “que haya interés y vínculo afectivo con lo que eligen, porque no es fácil investigar algo que a uno no le gusta”.

Por su parte Zingarelli, doctora en Historia y estudiosa del antiguo Egipto, contó a los alumnos cómo se indaga en hechos que sucedieron hace tanto tiempo. En ese sentido, destacó el valor de los archivos, ya sean documentales, imágenes, textos monumentales, publicaciones o entrevistas.

“Muchas veces es necesario saber otro idioma para comprender las escrituras, y tener en cuenta todas las interpretaciones que se han hecho sobre ellas, ya que las preguntas que se me ocurren a mí hoy seguramente no sean las mismas que se hicieron los historiadores de hace un siglo”, puntualizó.

Finalmente, Chicote puso el acento en el vínculo entre el CONICET  y las universidades de todo el país. “Las investigaciones son financiadas por el Estado, entonces tenemos que ser sensibles a las necesidades que se plantean. Si bien hay cuestiones prioritarias, el abanico de opciones es muy amplio y no hay ninguna temática que quede afuera”, señaló la investigadora, al tiempo que subrayó: “Hay que valorar la posibilidad que tenemos de crear conocimiento nuevo en lo que nos gusta”.

Luego de la charla, los alumnos y sus docentes realizaron una recorrida por las instalaciones del instituto, emplazado en el nuevo edificio de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la UNLP, inaugurado en el predio del ex Batallón de Infantería Militar Nº3, en las calles 122 y 52.

Durante el trayecto, que incluyó el memorial a las víctimas de la última dictadura militar, Chicote resaltó la reivindicación histórica que implica que la casa de estudios funcione hoy ese espacio físico que fuera utilizado como centro clandestino de detención.